Saturday, April 19, 2014




El Pináculo del Templo de JerusalemD. Arroliga.

'...entonces viene Lucifer, y no contento con la jodedera, se lleva a Jesús al pináculo del templo y le dice: bróther lanzate, que dice tu papa que mandará legiones de ángeles para que te rescaten' Así se leería la versión nicañol súper moderna de la tentación de Jesús. El pináculo del templo era la esquina suroriental del Templo donde terminaba una de las columnatas (esquina inferior izquierda de la foto). Los muros de la ciudad y del templo eran tan altos allí que era una caída libre de unos 150 metros hasta el fondo del Valle de Kidrón, o sea era la parte más alta de la ciudad. Una caída de 150 metros es el equivalente a caerse de un edificio de 50 pisos. Por comparación, el edificio más alto de Managua es el Banco de América en Managua y tiene 18 pisos, unos 45 metros más o menos.




¿Lo sabía?D. Arroliga.

En Getsemaní, la noche que lo arrestaron, Jesús se postró a orar angustiado. Estaba solo. Sus amigos se durmieron, por el vino, la comida y lo avanzado de la noche. Afligido, consternado, atribulado pide no pasar por lo que se avecina. ¿Lo sabía? ¿Sabía del vejamen, los golpes, los escupitazos, las bofetadas, los insultos, las patadas, los empellones, la horrible sed, el dolor en los pies, la barba arrancada a jalones? Mientras pide ser eximido del sufrimiento, suda helado en zozobra. La angustia lo sobrecoge y de la presión y el estrés, los vasos capilares colapsan y se desangra por los poros. Esta condición se llama Hematohidrosis y significa que el individuo suda sangre, tiene sangre de nariz, sangra por las uñas y lagrimea sangre. Esto es seguido por dolores de cabeza y de vientre. Luego, la piel queda tan sensible que el mero roce con algo es doloroso. ¿Sabía de la horrorosa flagelación, del escarnio de los soldados romanos, del insulto de ser desnudado completamente en público antes de ser clavado en la cruz? ¿Sabía del excruciante dolor de los clavos, de la falta de aire clavado en la cruz, de tener que suspenderse de los clavos de las muñecas para lograr una bocanada de aire y poder hablar? ¿Sabía que no habría un sólo espacio de su cuerpo que no le doliera? La noche del jueves la angustia debió ser insoportable, especialmente si sabía lo que habría de acontecer.


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