Sunday, May 18, 2014
El otro amor de Sandino: Teresa Villatoro
D. Arroliga
Apartando al hombre del mito, Augusto Sandino fue un típico hombre común de su generación, como mis abuelos. Machos, mujeriegos, libre-pensadores, enamorados, arrumadores, caballerosos, infieles, pero al fin, hombres de la generación y contexto histórico en que les tocó vivir. Sandino, fiel a esa tradición, tenía su esposa en Blanca Arauz. Ella representaba la inefable imagen social de la mujer casada, fiel, pudorosa, sumisa, remilgada, ama de casa y religiosa. Teresa Villatoro, su otro amor, quien era una enfermera, hondureña y parte de las huestes de Sandino, era guerrillera, arisca, celosa, brava, indomable, cimarrona, y representaba lo que el hombre de ese tiempo no podía esperar de su esposa. Gregorio Urbano Gilbert, jóven dominicano que luchó como voluntario en el ejército de Sandino, nos cuenta en su libro Junto a Sandino ese romance tórrido pero prohibido. Gilbert fue secretario privado de Sandino hasta 1931. Y como muestra un botón: en la nota de abajo, Sandino con su puño y letra, le manda esa nota a Teresa, diciéndole: 'Señora, Doña Teresa Villatoro. Mi amor: el señor Abraham Rivera va para llevarte donde yo estoy que es en los montesillos de oro'...como quien dice en el cielo, ah? Persuasivo y arrumador el general.
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